Sunday, April 03, 2005

Cuento de gallina sin ensalada


M.C. Valecillos (Corresponsal de No Jil-e en Japón)

La gallinita blanca escarbaba el patio de su casa cuando leyó un informe acerca del petróleo y se acordó de un país que tenía mucho y de un tipo al que tenía que ajustar una deuda de familia.

Tuvo una gran idea y sus amigos: el pato, el gato y el perro se la celebraron mucho y estuvieron de acuerdo con ponerla en práctica. La gallinita blanca les preguntó ¿quién sembrará las mentiras?

Yo,dijo el pato.

Yo, dijo el gato.

Yo, dijo el perro.

Muy bien, dijo la gallinita blanca, lo haremos entre todos. Y entre todos sembraron muchas mentiras, y al cabo de poco tiempo las mentiras crecieron y maduraron. ¿Quién recogerá y publicará estas mentiras?, preguntó la gallinita blanca.

Yo,dijo el pato.

Yo, dijo el gato.

Yo, dijo el perro.

Muy bien dijo la gallinita blanca, y las mentiras fueron publicadas en primera página, en editoriales y en noticieros de horario estelar, hasta que la opinió pública aceptó la guerra. Ahora, dijo ella, ¿quién organizará la invasión?

Yo, dijo el pato.

Yo, dijo el gato.

Yo, dijo el perro.

Entonces reunieron a los soldados, reclutando muchos jóvenes que se despidieron de sus familias porque les dijeron que estaban llamados a defender una causa justa. Ahora preguntó: ¿Quien mandará a que lancen las bombas y a que disparen contra soldados y civiles hasta convertir el país en harina?

Yo, dijo el pato.

Yo, dijo el gato.

Yo, dijo el perro.

Muy bien, entonces que disparen y bombardeen. Y destruyeron casas y edificios, carreteras y acueductos, escuelas y hospitales, con inevitables y fastidiosos daños colaterales que incluían niños y ancianos. Cuando vió el país convertido en harina, dijo la gallinita blanca: ¿Quién hará pan con esta harina?.

Yo, dijo el pato.

Yo, dijo el gato.

Yo, dijo el perro.

Muy bien, entonces haremos el pan dijo la gallinita blanca, y amasaron la harina, la dejaron reposar y pusieron en el horno un hermoso trozo de masa. Después dijo: y para que no se diga que esta gallinita no premia a los que obedecen sin chistar, ahora vamos a repartirnos este pan hecho con la harina en la que convertimos este país. ¿Quién quiere comer del pan?

Yo, dijo el pato.

Yo, dijo el gato.

Yo, dijo el perro.

Claro que nos lo comeremos, amigo pato, amigo gato, amigo perro. De este rico pan comeremos los que hemos trabajado moliendo y amasando esta harina. Espero que no haya ninguna objeción a que también le de un poco a mis queridos pollitos, que tienen que aprender, desde chiquitos, que sólo aquellos con fuerza y maldad suficiente para destruir pueden aspirar a disfrutar los beneficios de esta destrucción. ¡Buen provecho!

mc

Publicado en el diario El Mundo

0 Comments:

Post a Comment

<< Home