Sunday, January 23, 2011

Después fue el pronombre

Como veníamos comentando en nuestro artículo "Al final es el verbo", en la gramática japonesa el verbo cambia según el tiempo pero no según la persona gramatical. El inglés funciona de forma similar, pero la fastidiosa tercera persona destruye este intento por alcanzar la harmonía. Esta aparente simplificación del japonés debería estar contrarrestada por el generoso uso de los pronombres personales. Aténgase a huevos.

En el español de Castilla tenemos: yo, tú, ella, nosotras, vosotras, ustedes y ellas, con las respectivas deformaciones masculinas. No es por criticarnos, pero ¡qué carencia de sofisticación! En japonés hay sopotocientas formas de decir Yo. Están, cual escrito de Luis Fernández, el Yo femenino y el Yo masculino. Está el Yo infantil de interiores Ovejita, el Yo adolescente y rebelde, y el Yo maduro y cansado. Está el Yo humilde y casi invisible y el Yo prepotente y todopoderoso. Está el Yo local que cambia de la montaña hacia la costa y el llano, y el Yo estandarizado para todo el país; el Yo sobrio de los eventos y el Yo guapachoso al que todo se le perdona…y apenas vamos por la primera persona del singular.

Tratamiento similar reciben los otros pronombres de la familia, cada uno de ellos escogidos, cual traje, según la ocasión. Que tampoco es que haya mucha oportunidad de utilizarles pues pareciese que sólo el arroz con leche crea tanto rechazo en el alma nipona como el uso directo y explícito de los pronombres personales. La regla de oro en la etiqueta pronominal podría ser: el pronombre es a la oración como la soga a la casa del ahorcado. Usted dice “comer” en presente y allá el interlocutor que interprete si fue usted el que comió, si lo hizo solo o en compañía, o si los que comieron fueron los vecinos del frente. La sutileza como virtud.

Dígame usted el Tú. Hay pocas cosas tan rudas, groseras y ofensivas como decirle tú, usted o vos, en público, a un habitante del archipiélago. Cuando le presenten a un japonés o a una japonesa haga lo imposible por aprenderse su nombre, pregunte, repita, insista, pase por tonto, sordo o muerto, pero registre ese nombre y de esta manera jamás, nunca, never, jamais, nie, keshite, tendrá que usar el horrible y temido pronombre. Es el mundo del revés: el nombre como sustituto del pronombre. Los pronombres él y ella son menos ofensivos pero aún así deben ser utilizados con suma discreción. Un él o ella en el tono preciso le da la categoría de novio o amante a la persona referida. El o ella son tan románticos que no se usan, casi nunca, para referirse al marido o a la esposa propios. Usted le dice él al marido de su amiga y practicamente le está confesando sus intenciones aviesas. Usted le dice ella a la esposa de un colega y de por descontado que éste nunca los dejará a solas.

Los pronombre plurales carecen de tanta carga emotiva pero nunca está demás usarlos con criterio de escasez, a menos que quiera terminar hablando como si fuera de la casa real británica, la cual, por cierto tiene muy poca popularidad por estos lares pues son un poquito demasiado muy zafriscos y/o alcamoneros.

Una vez que se han conquistado los misterios del pronombre y del verbo, es hora de pasar al poco uso que se le da al plural y a la completa ausencia de artículos. No se desanime y consuélese con saber que en el idioma japonés no distingue entre mayúsculas y minúsculas. ¡qué papaya!

Monday, November 23, 2009

Felpudo endógeno

Los franceses, fastidiosos como ellos solos en todo lo que se refiere a su lenguaje, tiene una Academia del Felpudo Inglés (Académie de la Carpette Anglaise, pa´los panas), cuyo objetivo único y manifiesto es luchar contra la invasión contaminante del idioma inglés.

Esta academia otorga anualmente el premio "El felpudo inglés" a aquellas personalidades públicas francesas que, durante el año pertinente, hayan servido de felpudo en la puerta para dar la bienvenida al anglicismo invasor. Este año, el dudoso honor le correspondió al operador telefónico France Telecom, por utilizar en sus productos nombres como "Family Talk", "Business Talk", "Live-Zoom". El más cercano contendor fue el Consejo General de la región l'Aisne, por su campaña publicitaria "L'Aisne, it's Open". ¡Hay que ver! La mención especial a una personalidad extranjera cayó sobre la cabeza de Josep Borrel, presidente del Parlamento Europeo, acusado de conspirar para perpetuar el dominio del idioma inglés al no preparar una versión en francés de los documentos utilizados en una sesión Euro-Mediterránea en Marruecos, donde el idioma oficial es el árabe pero se habla mucho (o poco, según la personalidad del hablante) francés.

Lejos de mí está el promover la imitación a priori de ejemplos extranjeros o la adopción sin anestesia de costumbres foráneas, pero se me ocurre que, de repente y tal, sería hasta bonito tener una Academia Venezolana del Felpudo, constituida por un número impar de desconocidas figuras extraídas de cualquier vecindario capitalino o de la provincia, mayores de edad y conscientes de su derecho a saber y con ganas de entender. Nuestro jurado escucharía o leería lo que dicen las figuras públicas o las instituciones criollas, y por votación uninominal, elegiría cúal de ellas fue la que, superando a aquel caballero inglés que puso su capa sobre el charco para que la reina no se mojara los pies, se lanzó al piso cual alfombra de piel de oso de esas que salen en las películas donde hay chimeneas encendidas. Candidatos sobran, pero entre los mejor "posicionados" está el economista que la está ligando para que los bonos de la deuda argentina se vayan al sótano para que así veamos (nótese el plural de la primera persona) lo que es bueno para el pasmo. O el experto petrolero que está feliz porque los EEUU avanzan a paso de gigante en el desarrollo de energías alternativas y en la exploración intensiva de las zonas ex-protegidas de Alaska. O la internacionalista agradecida que se alegra emocionada porque, según su análisis, Bush ¡al fin! pegó una en Mar de Plata o porque la declaración de la Cumbre de Salamanca tampoco fue pa'tanto. O el abogado de inteligencia desarrollada por método patentado al que le molesta ese fastidioso empeño de Venezuela en juzgar a Posada Carriles sin tomar en cuenta la justa decisión de la justicia divina, digo estadounidense. O el pseudo científico que se opone vehementemente a que Venezuela se dedique a desarrollar tecnología nuclear, ya que estas cosas hay que dejárselas a las naciones grandes, que son las únicas que tienen derecho a pensar en ellas. La lista no termina aquí y la competencia está reñida, pero no hay prisa; poquito a poquito se irán adjudicando los premios, las menciones especiales, y hasta lleguará el día, quién quita, en que se sacan esos mohosos y empolvados felpudos para sacudirlos al sol.


Sunday, August 23, 2009

Voz de terciopelo

Observando a pacientes esquizofrénicos con alucinaciones auditivas, científicos de la Universidad de Sheffield descubrieron que 70% de las voces que el paciente fabrica en su cabeza son masculinas. A la hora de inventar, el cerebro toma la vía más fácil y crea una voz masculina, pues la voz femenina es más compleja debido a diferencias en tamaño y forma de las cuerdas vocales y de la laringe. Además, las mujeres tienen una cierta dosis de melodía natural en la voz que crea una gran gama de frecuencias de sonido y necesita ser procesada en otra parte del cerebro. Resumiendo: la voz masculina es simple y la femenina harto compleja.

No ha faltado el machista tonto (valga la redundancia) que aduciendo que la voz femenina es difícil de procesar deben ser eliminados los anuncios del tipo: “Su atención, por favor: Aeropostal anuncia la suspensión, hasta nuevo aviso, del vuelo 412, con destino a Valera”, pues constituyen un evidente despilfarro de tiempo y recursos, además de causar un daño irreparable a la imagen de la ciudad de las Siete Colinas. También lleva esta peligrosa pero tentadora línea de pensamiento a la eliminación de las educadoras, enfermeras, médicas, juezas, fiscales, abogadas defensoras, telefonistas, recepcionistas, locutoras de radio y televisión, voceras de los diferentes partidos y organizaciones políticas y, peor de todo, de las madres y de las tías.

Es importante, por lo tanto, que se le dé la debida interpretación y dimensión a un estudio demasiado complicado para ser entendido por gente que es especialista en todo, menos en neurología. Llevado a la dimensión justa y correcta, este es un estudio que tranquiliza al público y le dice que no está perdiendo la razón… por ahora. Que esas voces femeninas que hasta ayer mismo lo atosigaban con la futilidad de asistir a las urnas y que amanecieron hoy presentándole candidatos para las elecciones de diciembre, vienen de la radio o la televisión, no de la cabeza del oyente. Que quien le dice que el país se deshilacha a paso acelerado y que del erial cultural no se salva ni Monte Avila con sus muñequitos bobalicones (sic) mientras cumple con su dulce función de presentar un libro en esta inútil editorial, es una voz de mujer y por lo tanto no es inventada. Que el cerebro no tiene capacidad para inventar esa voz aguda y desagradablemente chillona que grita indignada que esta dictadura no le deja denunciar que la dictadura le prohíbe decir todo lo que podría decir si no fuese porque esta dictadura no deja (bis, bis), aunque hemos de advertir, sin intención de alarma, que la exposición prolongada y sin protección a este canto de cotorra puede ocasionar daños irreversibles en todo el cuerpo social.

Gracias a los panas de Sheffield, sabemos que aunque el patuque sea producto de un cortocircuito neuronal expresado por medios laringítico bucales, esto no ha sucedido en el cerebro propio. Que a lo mejor estas voces están relacionadas con la esquizofrenia, pero el paciente no es precisamente el que las escucha, quien puede ahora descansar tranquilo y confiar en la Misión Luz Caraballo, los deditos de mis pies.

Por las voces masculinas no hay que preocuparse mucho, basta con mirarle la cara y la nariz a cada agente emisor y ya uno sabe de dónde son los cantantes.

Thursday, July 23, 2009

¿Jugamos al rojo?

Aunque el balón mano es un deporte olímpico, no es muy conocido excepto en los países de la Europa fría. Para aquellos que no están familiarizados con esta disciplina deportiva, les cuento que es como decir fútbol, pero en lugar de pasar la pelota dándole con los pies, ésta sólo se puede tocar con las manos como si fuera baloncesto. Sume fútbol más básquet y divida entre dos: Balón mano. Siete jugadores.

En Japón, el balón mano es un “deporte menor”. Otros, como béisbol, volibol, fútbol atraen coloridas multitudes a los juegos. Patinaje sobre hielo, natación, gimnasia, golf, maratón, son menos aparatosos pero tienen un público duro que asiste religiosamente a las competencias. El balón mano, por el contrario, es realmente exclusivo, discreto, sólo para iniciados, disfrutado en la intimidad de una pequeña cancha en algún gimnasio cubierto. Pero es un deporte universitario y, gracias a la dedicación y el cariño de los estudiantes de nuestra universidad local, la ciudad de Tsukuba cuenta con un equipo infantil de balón mano. En todo el estado hay sólo cinco equipos infantiles y en mayo se celebran las competencias estatales para seleccionar a los equipos que nos representarán en los juegos zonales de donde se pasará a las competencias nacionales.

El equipo de Tsukuba está compuesto por 16 niños que se reúnen los sábados de una a cuatro a practicar en el terreno de una de las escuelas de la ciudad. A pesar de todo el empeño que le ponen los jugadores y los entrenadores, todavía no han logrado vencer al equipo de Moriya, campeones zonales. Hace pocos días uno de los entrenadores trajo a las prácticas un ejemplar de la revista Nature en el que dice que, según un estudio realizado en la Universidad de Durham en Inglaterra, el uso el color rojo en una competencia "incrementa las posibilidades de ganar" porque "a través del color se puede mermar la resistencia psicológica del oponente." Dijo ¡bingo! y salió Ortega pues los muchachos de Moriya tienen tremendo uniforme rojo Ratzinger. Los científicos ingleses piensan que puede ser cosa de testosterona "no se sabe todavía si el uso del rojo impulsa el aumento de testosterona o somete la del oponente, pero seguimos investigando". Se dice que el anuncio es tan revelador y la revista Nature es tan respetada, que la oposición de una nación tropical que limita con Colombia, Brasil y el Mar Caribe, ha decidido retirarse activamente del juego hasta que al oponente se le asigne otra camiseta que no les congele tanto la testosterona como la fulana franelita roja.

¡ Ah malaya, tan fácil que hubiese sido desechar nuestro uniforme azul argentina o suplicarle a Moriya que le baje el tono al suyo! Volvimos a la realidad cuando el capitán equipo, un chamín de sexto grado, dijo que él tenía entendido que los de Moriya practicaban tres veces por semana y que tenían más de cincuenta miembros inscritos. Que él no conocía la revista NATURE pero que antes de cambiar el color del uniforme porqué no cambiábamos la estrategia de entrenamiento…a ver si ganamos alguna vez.

Thursday, April 23, 2009

La Vía Rosa

El sistema de transporte público japonés es uno de los más eficientes del mundo. Sólo con eficiencia es posible desplazar el bojote de gente que, menos el domingo, quiere llegar muy juntita, al mismo sitio, a la misma hora. Por eso hay empleados en las estaciones que, de guantes blancos y cara seria ayudan a empujar esa última espalda que no deja que cuadren las puertas o terminan de meter ese maletín cobarde que se niega a acompañar a su dueño en otra larga jornada. Pero aquél que cree que ya abordado el tren todo es esperar a que éste lo deposite en la estación destino no ha visto llaga sino peladura.

Una vez que arranca el tren es que comienza el verdadero suplicio, o por lo menos así lo ha sufrido en carne propia gran parte de las usuarias, víctimas del abuso sexual sobre rieles por parte de aberrados que aprovechan el hacinamiento y el anonimato para hacer de las suyas tocando aquí y allá. A pesar de que la policía y los empleados de las estaciones han redoblado los esfuerzos de vigilancia y que, con afiches y campañas educativas, se ha logrado levantar un poco el nivel de alerta y solidaridad entre los pasajeros, el número de estos asaltos no termina de disminuir. Salomón al rescate. Así como en la antigüedad de los tiempos las niñas y los niños hacíamos fila por separado antes de entrar al salón de clases, hoy día las mujeres de Tokio y Nagoya tienen sus vagones exclusivos para su uso y disfrute: bienvenidas a los vagones rosados.

Como nota curiosa, no fue el exceso sino el poco número de pasajeros lo que llevó a que algunas líneas de metro instauraran este servicio para señoras y señoritas en los trenes nocturnos, tratando de ahorrarle a las usuarias la desagradable experiencia de compartir el vagón o el asiento con un borrachín. Con cierto escepticismo se recibió la medida, considerada sobreprotectora y condescendiente hacia las mujeres niponas. Pero quien así pensó nunca ha abordado un vagón a las 11 de la noche para conseguirse que los otros tres únicos pasajeros son unos tipos con demasiadas cervezas entre techo y espada.

En vista del éxito de los vagones nocturnos sólo-para-mujeres, la medida fue extendida a trenes diurnos con alta concentración de usuarios en los que se destina uno o dos vagones para uso exclusivamente femenino, en los que no sólo están ausentes los bigotes y el vello axilar, sino la obligación de sentarse con las rodillitas muy juntas. Pero como todo en esta vida se rige por la ley de acción y reacción, inmediatamente se formó la asociación de usuarios contra la segregación en el metro, constituida por varones mayores de edad, libres de toda sospecha de intenciones inconfesables. No añoran estos señores la compañía femenina que les servía de solaz y consuelo en el comienzo de la larga jornada diaria. No extrañan la dulce mezcla de perfume, champú y pastillas de menta que inundaba los vagones matutinos. No suspiran por los afilados tacones que tantas veces se incrustaron con inmerecido ahínco en sus mocasines. No sueñan con la perdida oportunidad de ganar una sonrisa ofreciendo un asiento. No, la asociación de usuarios sólo pide justicia e igualdad y para ello ha impuesto dos condiciones a las líneas de transporte: que si van a poner vagones rosados que por lo menos estos no sean los que quedan más cerca de las escaleras mecánicas y que publiquen las direcciones y número de teléfono de todas las usuarias matutinas. Están recogiendo firmas y son financiados por el National Endowment Raspa Democracias.

Monday, February 02, 2009

Barrida y calle limpia

Como pasa tantos domingos, a las siete de la madrugada sonó el PUM! de un cohetazo. Es la forma más fácil, barata y efectiva de avisarle a la comunidad que un evento público se va a desarrollar según cronograma. Si, ya sé, está la incomodidad del sobresalto, pero siempre es mejor que lo despierten a uno para confirmar que la cosa si va que conseguirse, después de haber hecho pipí, lavado la cara, cepillado los dientes y acomodado los crespos, que tiene una larga mañana de domingo vacía. Era un evento público con llamado oficial pero canalizado a través de las organizaciones de vecinos y otros grupos de esos que están pendientes de la vida de los demás y estaba programado para el día cuatro, cuanto más temprano mejor, pero siendo domingo, la decisión última estaba en manos del ciudadano, el cual decidiría de acuerdo a su capacidad para madrugar, de su necesidad de completar las horas de sueño reglamentario y del volumen de la voz del grillito en la pata de la oreja que le decía: si no sos vos y ahora, entonces ¿quién y cuándo?

No es la primera vez que participamos en una jornada de este estilo ni será la última, pero este domingo era especial porque después de mucho apretar los dientes, de mucho hacerse la vista gorda, de mucho fingir indiferencia, al fin teníamos la oportunidad de barrer, de una vez y, esperamos, por un tiempo razonablemente largo, con toda esa basura que un día pensamos invencible.

A las ocho en punto, super preciso, salimos a terminar con un enemigo ya vencido pero aún fastidioso. Nadie tiene que indicarle a nadie su trabajo. Todos sabemos que no hemos venido a comprar un kilo de tomates, sino a luchar contra la naturaleza, a apresurar la partida del otoño, esa bella estación de hojas amarillas y rojas, de vientos fríos y de días cortísimos es, en el mejor y más puro sentido del romanticismo natural, una verdadera piña debajo del brazo. Todos los árboles deciden botar sus hojas secas en la misma semana y esas hojas caen en las cunetas y tapan los desagues por donde debería correr el agua de lluvia, con el consiguiente peligro para el pueblo. Uno, que es noble y abnegado, barre de vez en cuando pero es difícil resolver el terrible dilema de que donde hay que barrer, hace frío y donde está calientito no se encuentra una hoja ni para remedio. Además, está científicamente comprobado que aquí, o barremos todos o no barre nadie, pues al ratito todo está como antes de empezar.

Para que la operación barrido fuese efectiva, había que esperar que el tiempo se encargase de hacer que nuestras enemigas se encontrasen vencidas, desperdigadas y carentes de toda fuerza vital. Parecían muchas, pero una vez barridas y en montoncito, basta que se les aplique un poquitín de presión para que nos demos cuenta de que es más la bulla que la cabuya. Por eso, en menos de una hora, lo que parecía una labor para titanes fue completada por ciudadanos y ciudadanas armados con sólo una escoba y un rastrillo. Aquello quedó reluciente, limpiecito como un sol y todavía tuvimos tiempo para bañarnos, desayunarnos y salir para Tokio a votar por los diputados venezolanos al Parlamento Andino y al Parlamento Latinoamericano. Con los chamos, por supuesto, que así aprenden que todos tenemos que barrer y que todos tenemos que votar. Para acabar con la basura.

Friday, January 23, 2009

Chindogu a la carta

El clip para sujetar papeles sueltos y el timbrecito que nos anuncia que ya el micro-ondas calentó el café son fruto de la inventiva japonesa. El mismo platico que gira, gira y gira, mientras las ondas calientan y calientan, es una contribución japonesa a esta tecnología de calentamiento super-rápido que nos permite reducir considerablemente el tiempo que antes pasábamos ante las hornillas, para dedicarlo a ver televisión mientras comemos la comida velozmente cocinada. Pero, por supuesto, no todo invento útil es valioso, ni todo invento inútil es absolutamente fútil. El proceso de pensar en cómo plantear y solucionar un problema, constituye en sí un extraordinario ejercicio. La mente y el útero, una vez que se expanden para albergar una idea jamás vuelven a su estrechez original. Pilates contigo.

El vocablo chindogu ilustra este punto de vista. Compuesto por las palabras chin (raro o pipí, según el contexto) y dogu (herramienta o perro, según), chindogu es aquel invento aparentemente útil que causa más problemas que los que resuelve. Hay libros, páginas Web, programas y hasta competencias mundiales de chindogu en las que el único requisito para participar es la originalidad y la inutilidad de la obra. Con decir que el informe Haussman-Rigobón es fuerte candidato en la categoría “Reportes” de una de estas competencias. Es la primera vez que los cisnes que regresan a Siberia están siendo observados para identificar al de plumaje más negro. Para nada.

Mi caballo favorito en la categoría mecánica es el “Patadapor SQ”, un aparato de recreación compuesto por una serie de brazos alargados con extensiones flexibles que rotan gracias a un sistema de control regulado por el usuario y que está diseñado para inflingir repetitivos golpes que simulan unas patadas a las nalgas del que se recrea. Para operarlo, la persona se coloca en posición un poco inclinada hacia adelante (como a quien le van a inyectar Briomet estando de pie) y con las dos manos acciona los brazos rotatorios que hacen mover unas aspas localizadas en donde estaría la inyectadora, pateando al cliente en salva sea la parte a la velocidad e intensidad de golpe de su preferencia y mérito.

Aunque la originalidad del “Patadapor SQ” está avalada por la patente US 6.293.874 B1 del 25 de septiembre de 2001, su inutilidad es mucho más difícil de comprobar y hay una fuerte y creciente oposición a su clasificación como chindogu. Tal oposición se basa en la creciente producción para exportación, desde el 2002 para acá, hacia un país latinoamericano productor de petróleo y con cara al Mar Caribe. Se sospecha que cada vez que un dirigente político de esta nación hace una proposición de brillantez mate (paros absoluto pero flexibles, abstensión activa, participación pasiva, boicot total pero selectivo, luto guapachoso) ahí mismito se ve obligado, de motus propio (¿?), a hacer uso del auto-pateador portátil, evitándole esta engorrosa tarea al público afectado o a sus colaboradores más cercanos. Es precisamente este alivio laboro-emotivo lo que anula la naturaleza chindogual del equipo, haciendolo víctima de su propio éxito al convertirlo en un instrumento indispensable para el ejercicio político criollo.

Puede ser doblado y viene con su respectivo estuche de cuero o lona para fácil transporte y almacenamiento. Se aceptan pedidos.

Maquiavelando el Proyecto 15

Lo que usted no sabe ni quiere saber del Proyecto 15. Lo que no se atreve o le da mucha la-la averiguar acerca del artículo 3444. Aquí lo tiene desmenuzado y algo masticado para su inmediata digestión. Pase la buena nueva a 10 de sus más allegados amigos. Haga de esta una cadena ultra-pavosa que le garantiza el bloqueo automático por parte de por lo menos uno de sus contactos electrónicos.

¿A quién afecta el proyecto? ¿Hacia quién enfila baterías y pilas? Discúlpeme la dureza del término, pero el proyecto (THE project, pa’los panas) afecta a los hijos, a los hijos de los hijos y ¡prívese! al conflé de quelos. Sobre estos sujetos se contempla llevar a cabo doctrinamiento uniformado, de una sola forma y con uniforme, que abarque todos los niveles de educación. Por ello, los jóvenes universitarios, vestidos con la misma gorrita y chores que los chipilines de cinco años, serán adoctrinados con plastilina y juegos en el patio. “La señorita” se cantará así: la camarada Fulana va entrando en forma crítica y solidaria en el baile tradicional tipico venezolano, que lo baile si la patria lo exige, que lo baile, que lo baile. Y si no lo baila, en actitud egoísta y traidora, le da un castigo malo y varias semanas de re-adoctrinamiento en Santiago, que lo saque, que lo saque. ¡Sáaaacamelo!

El pre-escolar pasará a llamarse Educación Doctrinal Inicial. Usted le preguntará a su sobrinito ¿en que año estas? y el chamín dirá: en Educación botinal y sal. Usted que le da un coscorrón al chicuaco contestón y su hermana que lo bota de la casa. Otra familia destruida y/o dividida por el régimen.

En cada aula de los colegios privados se plantarán 5 alumnos que vendrán, no de las urbanizaciones, sino de los barrios aledaños (nótese la importante lección de geografía semántica) y que conforman la Misión Salazar en honor al conocido espía margariteño. Afortunadamente sera muy fácil identificarlos y la consigna es muchachito nuevo que venga al colegio a pie sera considerado y tratado como sapo hasta que repita el año.

La Universidad Metropolitana pasará a ser un colegio privado para así incluirla en la norma que dice que todos los colegios pasarán a tener la denominación oficial de Colegio Bolivariano. Doroteo se niega, alegando sus derechos de copyright, a que se funde un Colegio Bolivariano Tal o Cual.

La señora que limpia los baños tendra VOZ y VOTO en las decisiones del colegio privado. Esto significa que podra mandar a los niños a hacer planas que digan: “Debo bajar la bomba después de hacer pupú”. “No debo chisporretear los orines alrededor de la poceta” y otras frases de adoctrinamiento de similar calibre. Para evadir tal opresión, los niños harán sus necesidades en casa. Los baños de los colegios privados DESAPARECERAN.

El Estado se reserva la Patria Potestad de nuestros hijos pero nos dará permiso para visitarlos. Aprovecharemos estas visitas para colmarlos de regalos, hablarles mal de quien tiene la patria potestad y alcahuetearles cualquier cosa. Les prestaremos el carro a los quince años y les pediremos que nos prendan los cigarrillos y nos prueben la cerveza. Esperemos que el Estado no deje todo para última hora y ya tenga pensado a donde irán los muchachos y muchachas cuando cumplan los 18.

Como señalaba en estos días uno de los chicos de Prim Jazz (PJ), “muchos de los temas que hoy corren por la calle son falsos. Pero eso es hoy, mañana no lo sabemos” De allí que, en lugar de poner a rodar rumores cuando sea tarde, uno los pone a rodar temprano. Maquiavelo no lo diría mejor: “rumora, rumora, que algún pegoste queda”.

M.C.

Acabaron con la navidad



No queda nada, nadita de nada. Aquí se celebra cuanta fiesta recorre el mundo, con las fiestas propias en su santo lugar. Por eso todo tiene que estar muy organizado. A finales de octubre tuvimos Halloween, una fiesta para niñitos de kindergarten, gringos nostálgicos y japoneses tontos, de esos que fueron a hacer un curso de inglés por seis meses en Seattle y regresaron enamorados de las bichas esas tan gordas, tan pálidas, tan desabridas, y ya no quieren saber de la oscura, pequeña, compacta y llena de vitamina D variedad local. En todos lados se cuecen caraotas.

Pasó la fiesta de las brujas y llegó el 15 de noviembre, fecha vernácula en la que los padres y abuelos, todos muy emperifollados y, si es posible, de kimono, visitan los templos para dar gracias por la salud de los chiquillos de 3, 5 y 7 años, y a pedir entereza y paciencia para criarlos, porque hasta aquí no ha sido llaga, sino peladura. Cumplida esta formalidad, nos invade el Meri Kurismasu y Rodolfo el reno: las calles, avenidas y grandes tiendas están decoradas hasta el exceso con pinos, luces y arbolitos, y la pizza la reparten unos muchachos flacos y desgarbados vestidos de rojo con un gorrito roji-blanco. Abrimos un pequeño paréntesis para recordar que el día del solsticio de invierno la tradición llama a comer (nada de adornar, escarbar o alumbrar) auyamas y a bañarse en agua de lima, familia del limón, no de Chabuca, vallito.html medidas ambas que nos ayudarán a llegar al nuevo año sin pasar por un resfriado. Cerramos paréntesis y seguimos con la navidad. Las pastelerías ofrecen suculentas tortas navideñas que no son más que la misma torta de toda la vida con un poquito más de crema blanca y una figurita del amigo Santa, que es como se conoce aquí al gordito. Los chamos y los comerciantes se confabulan para sacarle a los adultos reales en forma de regalos de navidad; los restaurantes y los hoteles apelan a la vieja historia de la Noche de Amor para venderle a las parejas establecidas, en ciernes o ad hoc un ventajoso paquete de cena romántica, habitación cálida y con buena vista, nutritivo desayuno en la cama y, por un módico recargo, un bello ramo de rosas rojas como la pasión que nos envuelve y arrastra.

Llega el 26 y venía una brisa que me la apagaba. Como por arte de magia (la magia de contratar mano de obra extra) estrellas, luces y pinos se transforman en mandarinas, bambú y pino. Todo mundo se faja a escribir las tarjetas de ¡Feliz Año!, que deben ser entregadas al correo a más tardar el 28 de diciembre para que sean repartidas el primero de enero; los volantes que ayer anunciaban tortas hoy ofrecen "osechi" la comida típica para el nuevo año compuesta de pescado, legumbres, vegetales, huevo y otros ingredientes, aderezados según el gusto y costumbre de cada región y que vienen muy ordenaditos en cajas rectangulares laqueadas. Hágase la idea de que es una hallaca pero sin revolver, aunque con la misma fuerza para despertar pasiones y propiciar desacuerdos gastronómicos, del tipo "el mejor osechi es el de la región de Tohoku" o "no hay osechi como el de mi mamá".

Un lugar y un tiempo para cada cosa, cada cosa en su tiempo y lugar: ¡Adiós Navidad! ¡Hola, Año Nuevo!… rapidito, eso si, porque tenemos en fila la celebración del fin del invierno.