Wednesday, July 07, 2004

Fiesta celestial

El 7 de julio es la fiesta de Tanabata. Por estos días las estrellas Altair y Vega se encuentran muy próximas la una de la otra y sobre esta observación de un fenómeno físico se teje la leyenda de un pastor y una hilandera que un día se enamoraron con gran pasión, descuidando sus respectivas ocupaciones y llenando de furia y envidia a un dios chiquitico. Tan chiquitico era este dios que castigó a los amantes, condenándolos a vivir cada uno en una ribera del gran río de plata que es la vía láctea, en eterna separación. Tanto lloraron y suplicaron el pobre pastor y la desesperada hilandera que el dios les cambió la pena de separación perpetua por la de separación perpetua menos un día, el 7 de julio, día en que les está permitido encontrarse…. si no llueve. Esa noche un cisne cruza la vía láctea llevando a la hilandera a su encuentro con el pastor y la trae de vuelta antes del amanecer.

Es costumbre en Japón, celebrar esta fiesta adornando ramas de bambú con serpentinas y papelitos de colores. En los papelitos cada quien escribe un deseo, grande o chiquito. Si, a pesar de los vientos monzones que traen lluvias y tifones al archipiélago durante esta época, el ansiado y difícil encuentro se produce, algo de esta buena suerte se le pegará a los deseos en los papelitos de colores. La noche de Tanabata los mortales miramos al cielo, rogando que no se nuble.

mc

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